En esta nota te mostramos el antes y después en la decoración de una sala pequeña. Una renovación que implicó casi nada de obra (solo se pintaron las paredes y la chimenea de blanco) pero el cambio total del mobiliario y accesorios decorativos, creando una sala de estilo moderno con acentos rústicos.
Comenzamos con la sala como se veía antes del nuevo diseño. Era linda pero un poco apagada, faltaba algo de color. La distribución de muebles no se modificó ya que resultaba óptima para ese rincón de forma irregular, junto a la ventana y frente a la chimenea.
La sala con nuevo diseño y decoración:
La sala con el nuevo diseño. Unas manos de pintura blanca a la pared y al ladrillo del frente de la chimenea fueron suficientes como punto de partida para el cambio de look.
La alfombra anterior se reemplazó por una de diseño rectangular con motivos en blanco y negro y mucha textura. La forma rectangular de la alfombra permitió delinear mejor el espacio de la sala y crear una división visual con las otras áreas del ambiente como la entrada. A su alrededor, casi siguiendo la forma de la alfombra se ubicaron el sofá y los sillones.
Pintado de blanco, el ladrillo de la chimenea se integra mejor al espacio y pasa a un segundo plano, cobrando protagonismo los nuevos muebles y accesorios.
Los sillones individuales se reemplazaron por otros de estilo escandinavo (como el de arriba) y uno en color amarillo claro de líneas clásicas del otro lado.
A la izquierda de la chimenea, sobre una pared que estaba vacía, se colocó una consola con patas de metal negras y tapa de mármol. Sobre ella, dos lámparas de diseño a cada lado y un original espejo redondo en el centro, creando simetría y un interesante punto focal. Nuevamente se prioriza el uso de colores neutrales en la decoración.
Diferentes colores se añaden a la decoración mediante pequeños objetos, plantas, arreglos florales y el vistoso sillón amarillo.
El uso de colores neutros en la decoración como el blanco, negro y gris, permiten la incorporación de otros colores más vibrantes sin desentonar, como el amarillo del nuevo sillón. La nueva mesa de centro redonda fue todo un acierto ya que rompe con las líneas rectas, facilita la circulación y permite distribuir los muebles alrededor de forma más fluida: al no tener que alinearse con ningún objeto o mueble, siempre quedará centrada.
El nuevo diseño de la sala incorpora muebles de variados estilos decorativos: el sillón de madera escandinavo, el sofá gris contemporáneo y el sillón amarillo de líneas clásicas pero actuales a la vez. El banco redondo combina con la mesa de centro.
Para los cojines se eligieron diseños originales en blanco y negro que combinan diferentes texturas y tamaños aportando elegancia a la decoración.
Junto a la puerta de entrada de la casa se armó un recibidor bien sencillo pero de alto impacto visual. Consta de una banca de madera de estilo rústico con cojines y una manta arriba. La pared se decoró con tres lámparas en color negro y un conjunto de cuadros que forman un patrón rectangular, sectorizando visualmente el recibidor.
La manta y los cojines suavizan la decoración del recibidor y la sala. Se mantiene la paleta de color en blanco y negro para unificar los diferentes sectores de la sala.
La planta en maceta negra junto a la puerta es un Ficus lyrata que suma verde a la decoración y se convierte en punto focal gracias a sus grandes y llamativas hojas.
No hay nada mejor que ver el antes y el después en la decoración de cualquier espacio de la casa. Es increible como con unos pocos cambios, mucho ingenio y creatividad se logran ambientaciones tan diferentes. A continuación algunas fotos comparativas:
Fotos de Sarah Sherman Samuel